Tratar y gestionar las emociones de los niños/as o adolescentes con ayuda del psicólogo (segunda parte)

Los padres son modelos de comportamiento para sus hijos; por eso es necesario que desarrollen su inteligencia emocional de cara a favorecer la de sus hijos. Una propuesta para empezar este camino del desarrollo es que el adulto conecte varias veces al día con sí mismo para detectar qué está sintiendo en ese momento. Una buena manera de empezar a trabajar esta conciencia emocional puede ser respondiendo a las cuestiones:

  • ¿Cómo me siento?
  • ¿Por qué me siento así?
  • ¿Cómo estoy manifestando lo que estoy sintiendo?
  • ¿Esta emoción, me ayuda en la situación y momento actual? ¿Qué estrategia puedo aplicar para mantenerla? ¿Qué puedo hacer para cambiarla y sentirme mejor?

El siguiente paso es ayudar a nuestros hijos a detectar cómo se sienten. Es necesario enseñarles a conectar con ellos mismos para que puedan comprender cómo se sienten. Cualquier situación cotidiana es buena para practicar y desarrollar la conciencia emocional. Será positivo que presten atención a sus emociones tanto si están contentos como tristes, enfadados, sorprendidos, con miedo, etc. Es momento entonces, de enseñarles a poner nombre a sus emociones.

Una buena manera es a través de nuestro ejemplo. Así, es importante que los padres verbalicen el sentimiento cuando están contentos, enfadados, etc. para aportar y ampliar el vocabulario emocional de sus hijos. Cuando los niños detectan como están, es conveniente ayudarles a etiquetar aquella emoción. Otro aspecto importante a tener en cuenta es ayudarles a averiguar la causa que los ha originado la emoción, encontrar la mejor manera de expresarla e identificar los gestos relacionados con cada una de las emociones.

Conviene destacar que todas las emociones son legítimas y por lo tanto, es necesario aceptarlas. Ahora bien, a pesar de esta legitimidad, el comportamiento automático que se deriva de alguna de ellas (por ejemplo la reacción de atacar cuando sentimos ira) no siempre es adecuado. La impulsividad puede ser un peligro. Es importante que los niños puedan aprender, la diferencia entre estar enfadado y pegar a su amigo por el hecho de sentir esta emoción.

El trabajo de los psicólogos es ayudar a comprender y gestionar correctamente sus emociones para la vida en sociedad y mejorar su relación consigo mismo y los demás.

Si necesita ayuda para gestionar las emociones de los niños a adolescentes, contacte con Biospais.

Miquel Colomer Ortega

Director de Biospais

 

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