Tratar y gestionar las emociones de los niños/as o adolescentes con ayuda del psicólogo (primera parte)

Una parte importante del trabajo de los psicólogos es tratar las emociones. Saber gestionar adecuadamente la emociones es fundamental para podernos relacionar correctamente.

La educación emocional es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con el objetivo de capacitar a la persona para la vida y con el fin de aumentar el bienestar personal y social (Bisquerra, 2000). La educación emocional es una forma de prevención primaria inespecífica, la cual pretende minimizar la vulnerabilidad de la persona a determinadas disfunciones (estrés, depresión, impulsividad, agresividad, etc.) o prevenir su ocurrencia.

Algunos de los objetivos de la educación emocional son:

  • Adquirir un mejor conocimiento de las propias emociones.
  • Identificar las emociones de los demás.
  • Denominar a las emociones correctamente.
  • Desarrollar la habilidad para regular las propias emociones.
  • Aumentar la tolerancia a la frustración.
  • Prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas.
  • Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
  • Desarrollar la habilidad de automotivarse.
  • Adoptar una actitud positiva ante la vida.
  • Aprender a fluir.

Como temas referentes de la educación emocional están los siguientes: concepto de emoción, los fenómenos afectivos (emoción, sentimiento, afecto, estado de ánimo, perturbaciones emocionales, etc.); conocer las características de las emociones principales como la ira, el miedo, la ansiedad, la tristeza, la vergüenza, la aversión, la alegría, el amor, el humor o la felicidad.

La educación emocional sigue una metodología eminentemente práctica como la dinámica de grupos, la autorreflexión, la razón dialógica, los juegos, etc.

El contexto familiar es una oportunidad idónea para el desarrollo de competencias emocionales. Las relaciones interpersonales en el seno de la familia es un continuo de emociones, donde el conflicto se hace inevitable. La gestión positiva de los conflictos es un aprendizaje que se inicia en la familia. Madres y padres deberían tomar conciencia de su importancia para una parte con la intención de aprender a ejercer la inteligencia emocional en sí mismos y por la otra, para contribuir a que los hijos tengan mayor inteligencia emocional.

(Continuará…)

Si necesita ayuda para gestionar las emociones de los niños a adolescentes, contacte con Biospais.

 

Miquel Colomer Ortega

Psicólogo de Biospais

 

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