Psicología: Tratamiento para la onicofagia (morderse las uñas)

El tratamiento psicológico para la onicofagia que explicaré es el  procedimiento de inversión del hábito de morderse las uñas. Se puede dividir en tres fases:

La primera fase: entrenamiento en conciencia y motivación por el cambio.

En esta fase se fomenta la conciencia del hábito y motivar por el cambio al joven. Para incrementar la conciencia del problema se utilizan las técnicas de registrar la frecuencia con que se muerde las uñas durante el día, detectar cuando realiza el hábito nervioso y las circunstancias más probables y, que describa las formas e identifique las conductas que lo preceden.

En la segunda fase: aprendizaje y práctica de la respuesta competitiva y otras conductas incompatibles.

En esta fase se trata de conocer las respuestas incompatibles que se puede realizar para extinguir el comportamiento de morderse las uñas. La más importante es la respuesta competitiva y también pueden ser útiles la práctica en relajación y el cuidado de las uñas.

En la práctica de la respuesta competitiva: se pretende que cada vez que el joven o la joven tenga la tentación o esté en una situación de riesgo practique una respuesta de compita y, a la vez sea incompatible, con este hábito nervioso. Por ejemplo, en la situación de ver la televisión podría cerrar y apretar los puños, presionar las manos contra las piernas suavemente o agarrarse a los brazos del sofá. Estas respuestas competitivas las practicaría para que las realice correctamente y sin llamar la atención de los demás.

En la práctica de relajación: Aplicaría técnicas de relajación, ya que manifiesta que es un hábito nervioso.  Estas técnicas de relajación le servirán para cualquier faceta de su vida.

En el autocuidado de las uñas también pueden aplicar la técnica de modelado para que el joven o la joven aprenda.

Tercera fase: apoyo social y exposición pública de la mejoría.

En esta fase se motiva  al joven que continúe realizando las estrategias de afrontamiento que ha aprendido en las fases previas. También se ha de conseguir que el joven se sienta parte activa en sus progresos, en la búsqueda de apoyo social y en la exhibición de la mejoría ante otras personas significativas. Los padres, amigos, familiares, deben ser los primeros en avisarle cuando haga la conducta sin incomodarlo.

Si con estas recomendaciones no mejora y sigue la onicofagia puede haber un trastorno emocional o necesitar un enfoque más personalizado. En Biospais encontrará la ayuda necesaria para que los niños, jóvenes o adultos dejen de morderse las uñas.

Miquel Colomer Ortega

Psicólogo de Biospais

 

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