Psicología: Miedos infantiles

Los miedos infantiles se han subestimado basándose en tres argumentos: 1) son transitorios, 2) son leves y 3) son evolutivos.

En algunos casos los miedos infantiles son pasajeros y van remitiendo de manera espontánea a medida que el niño crece y se desarrolla. La magnitud de la respuesta del niño delante de un miedo no suele ser de anticipación o pensamientos negativos, como en los adultos. Y, los miedos infantiles aparecen (3-6 años) y desaparecen a edades características (a partir de los 9 años).

Los miedos evolutivos se presentan en muchos niños y son normales, como por ejemplo el miedo a la oscuridad. En estos casos, es importante no reforzar el miedo y se puede solucionar dando una explicación al niño, que entienda por su edad o poner una lucecita indirecta en su habitación.  Hablando de los miedos evolutivos, a los 6 meses se puede empezar a tener miedo a los extraños. El adulto de referencia es generalmente, su madre y el bebé extraña a los padres cuando no están. A los dos años puede empezar a sentir miedo al abandono, característico en las guarderías cuando la mayoría de niños lloran cuando los dejan los padres o cuidadores. A los cuatro años aparece el miedo a la oscuridad, del que hemos hablado. Los niños más mayores pueden tener miedo a los animales.

Estos miedos que hemos hablado son pasajeros y no suelen afectar en gran medida al niño.

Es importante distinguir los miedos de carácter evolutivo y los miedos de naturaleza clínica o fobias específicas. En los miedos clínicos hay:

Cambios o alteraciones psicofisiológicas: con sudoración, aumento de la actividad cardiovascular, aumento de la tensión muscular, aumento del ritmo respiratorio.

También hay cambios conductuales: Donde el niño intenta impedir, retrasar o interrumpir la estimulación a lo que le provoca el miedo.

Y, por último hay alteraciones cognitivas: donde el niño aumenta los pensamientos o imágenes mentales negativas relacionadas con el miedo.

En Biospais podemos ayudarle a superar sus miedos. Es importante realizar el tratamiento psicológico en los miedos de naturaleza clínica o fobias específicas. La diferencia del miedo evolutivo es que en la fobia o miedo clínico, la respuesta es desproporcionada y desadaptada en relación al miedo. En estos casos, tanto los niños como los adultos lo viven de manera muy negativa y sufren mucho con la ansiedad que provoca la fobia.

Miquel Colomer Ortega

Psicólogo de Biospais

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