La onicofagia (morderse las uñas) y cuando acudir al psicólogo para un tratamiento

La onicofagia es la conducta de morderse las uñas. Es un hábito infantil que suele desaparecer o se puede alarga hasta la edad adulta si no se corrige. La onicofagia es un hábito nervioso que tiene diversos orígenes, como: estrés, ansiedad, muerte de un familiar o por imitación si los padres o familiares se muerden las uñas, todavía. No es un buen hábito, ya que puede tener consecuencias en la salud y en la autoestima del infante. Entre las consecuencias negativas, puede afectar a la salud bucodental, heridas en los dedos, infecciones en las encías. Puede afectar en su autoestima por cuestiones estéticas o burlas de sus compañeros.

Lo más importante para erradicar el hábito de morderse las uñas es que el niño, adolescente o adulto tome consciencia del hábito. Una ayuda puede ser el autoregistro. Este autoregistro tiene dos funciones: por un lado, que el joven tome conciencia del hábito, y registre las veces que lo realiza y en que situaciones. Y, por el otro, para observar los resultados que ha habido después de la intervención.

Otra es hablar con él/ella y averiguar el motivo por el que se muerde las uñas. Básicamente, los motivos pueden ser: tiene las uñas largas, porque le molestaban, cuando se está más nervioso, etc.

Los padres, amigos (en caso de adolescentes o adultos) o familiares pueden observar cuando se muerde las uñas y en que situaciones. Ayuda a tomar consciencia del hábito.

Suele ayudar y ser útil, buscar actividades para controlar el impulso una vez se identifican los momentos en que se muerde las uñas y reducir el estrés y ansiedad que lo favorece.

Practicar deporte relaja y canaliza la energía, por lo que puede ser de ayuda para mejorarlo.

Si con estas recomendaciones no mejora y sigue la onicofagia puede haber un trastorno emocional o necesitar un enfoque más personalizado. En Biospais encontrará la ayuda necesaria para dejar de morderse las uñas.

Miquel Colomer Ortega

Psicólogo de Biospais