La atención: sus fases, los aspectos y los tipos desde la visión de la psicología
La atención consta de tres fases o partes diferenciadas. La primera, sería la fase de alerta en la que nos preparamos fisiológicamente para la entrada del estímulo. La segunda, sería la fase de atención entendida como la preparación selectiva a la alerta donde categorizamos el tipo de estímulo. La tercera, es la fase de activación (o intención) en la que hay la preparación o disposición psicológica o cognitiva para la acción.
Hay aspectos positivos de la atención, que favorecen un correcto uso de ella y otros que son anomalías que impiden la puesta en marcha de aspectos psicológicos y cognitivos para llevar a cabo la acción. Como aspectos positivos encontramos la orientación, exploración, concentración y vigilancia que facilitaran llevar a cabo la acción. Lo que puede impedir o dificultar llevar a cabo la acción encontramos la distraibilidad, las falta de persistencia y de vigilancia, la confusión y la desatención. Hay trastornos atencionales puros, como pueden ser la negligencia, la apatía y la fatigabilidad, que comparten características comunes con la falta de atención.
Dentro de la atención encontramos la atención sostenida en la que mantenemos la concentración o vigilancia durante un periodo de tiempo prolongado y continuado de tiempo, como en la época de exámenes en la que prestamos atención a la asignatura durante varias horas. También encontramos la atención voluntaria en la que decidimos de manera activa en qué estímulos atendemos, por ejemplo algo que nos estimule en aquel momento, como si se estropea el televisor nos informaremos y miraremos todas las tiendas de electrodomésticos. Y, la atención involuntaria en la el estímulo es el que nos atrae, por ejemplo un frio muy intenso.
Si tiene dificultades para mantener la atención u otras dificultades relacionadas con ella no dude en consultarnos.
Miquel Colomer Ortega
Psicólogo de Biospais