Psicología: el trastorno de Tourette
El trastorno de la Tourette tiene las siguientes características, según los criterios del DSM-IV, que son: los tics motores múltiples y uno o más tics vocales (criterio A). Los tics pueden aparecer varias veces al día a lo largo de un periodo de un año (Criterio B). En este tiempo no hay un período libre de tics de más de 3 meses consecutivos. La alteración provoca un malestar o deterioro significativo social, o de áreas importantes de la actividad del niño (Criterio C). El inicio es antes de los 18 años (Criterio D). Los tics no se deben a los efectos fisiológicos directos de una sustancia ni enfermedad médica (Criterio).
En relación a los tics, la gravedad, la localización anatómica, la frecuencia y la complejidad varían a lo largo del tiempo. Típicamente los tics afectan a la cabeza y, con frecuencia, otras áreas del cuerpo. Los tics vocales incluyen varias palabras o sonidos. La coprolalia, que significa que se utilizan palabras malsonantes u obscenidades es un tic vocal complejo que afecta a menos del 10% de los individuos afectados por el trastorno. Los tics motores complejos incluyen tocar, agacharse, doblar las rodillas, dar giros al caminar. Generalmente en la mitad de los sujetos con este trastorno los primeros síntomas que aparecen son episodios de un tic simple. Otros casos comienzan con síntomas múltiples. Hay síntomas asociados al trastorno de Tourette como las obsesiones y las compulsiones. También son comunes la hiperactividad la distracción y la impulsividad. Con frecuencia se observa malestar social, vergüenza, excesiva auto-observación y humor depresivo, DSM-IV-TR, APA, (2002).
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Miquel Colomer Ortega
Psicólogo de Biospais